PASAJEROS - TURISMO - VACACIONES
Continuamos con nuestra campaña de vuelos isleños en el Caribe. Seguimos con los vuelos en plan Aero-Taxi, con pocas plazas y a paradisíacos lugares. Donde acabe este vuelo empezaremos el siguiente.
**** OBLIGATORIO ****
NO USAR REACTORES Y OFRECER UNA CAPACIDAD MÁXIMA DE 50 PLAZAS
(Por más que lo intento aún no ha desaparecido ningún piloto en el Triángulo de las Bermudas)
SEIS DÍAS Y SIETE NOCHES (1998), con Harrison Ford, Anne Heche y David Schwimmer.
A partir de aqui, Nairobi en De Havilland 60 G
La dama de los cielos
«Tu planeta es el avión y tú eres su único habitante»
En aquella Kenia colonial de aristócratas aventureros, solitarios cazadores blancos y rudos granjeros, mujeres como Beryl Markham no podían pasar inadvertidas. Esta audaz inglesa fue la primera piloto profesional de África. En su libro autobiográfico resumía así su vida en el exótico continente: "Desde mi llegada al África Oriental Británica (Kenia) a la edad indiferente de cuatro años, donde pasé mi juventud cazando cerdos salvajes descalza con los nandi, luego amaestrando caballos de carreras para ganarme la vida y poco después sobrevolando Tanganika y las tierras de breña áridas, entre los ríos Tana y Athi en busca de elefantes, me he sentido tan felizmente provinciana que era incapaz de hablar con inteligencia sobre el aburrimiento de la vida hasta que fui a vivir un año a Londres".
De Beryl se decía que podía usar la lanza como un guerrero masai, montar como un jinete irlandés, volar como Charles Lindberg, seducir como una hurí y escribir mejor que Hemingway. Era una mujer elegante y esbelta, de rubia melena y facciones angulosas. Su vida privada era motivo de continuos rumores entre los colonos británicos, aunque a ella su fama de devoradora de hombres le importaba bien poco. Se casó en tres ocasiones, pero nunca dejó de vivir apasionados romances, incluido uno con el duque de Gloucester, hermano del príncipe de Gales, a quien conoció en la primera visita de ambos a Kenia.
Cuando en 1936 la Dama de los Cielos, como la llamaban sus admiradores, aceptó en una cena el reto de atravesar volando en solitario el Atlántico Norte de este a oeste, sus amigos creyeron que había perdido la razón. Aunque no consiguió llegar a Nueva York y realizó un aterrizaje forzoso en Nueva Escocia, fue recibida en la ciudad de los rascacielos como un auténtica heroína.
Había volado en la estrecha cabina de su Vega Gull veintidós horas seguidas, más de la mitad de noche, y sobre el océano. Tras esta experiencia no volvió a volar, pero unos años después publicó el libro Al oeste con la noche, donde narraba su experiencia y su infancia entre los nativos nandi. El libro, publicado en 1942, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. A Ernest Hemingway le pareció, junto a "Lejos de África", de Karen Blixen, uno de los relatos más poéticos y evocadores escritos sobre el continente.
En realidad, las dos autoras coincidieron en la Kenia de aquellos locos años veinte de juergas, cacerías y safaris regados con champán, aunque eran bien distintas. Beryl se sentía como una "masai blanca" y conocía en su propia piel la dura y solitaria vida de pionera en tierras africanas, mientras que Karen Blixen era una aristócrata terrateniente con un idea muy romántica del continente negro. Vivía en una hermosa mansión de las Tierras Altas de Kenia rodeada de sirvientes y con todo el confort de los de su clase. Se enamoró de la grandeza de sus paisajes, pero también supo ver la dignidad y el valor de los nativos. Las dos eran mujeres extraordinarias y atípicas de la sociedad colonial británica con algo en común: su amor a África y al mismo hombre:.
A partir de aqui, Nairobi en De Havilland 60 G
La dama de los cielos
«Tu planeta es el avión y tú eres su único habitante»
En aquella Kenia colonial de aristócratas aventureros, solitarios cazadores blancos y rudos granjeros, mujeres como Beryl Markham no podían pasar inadvertidas. Esta audaz inglesa fue la primera piloto profesional de África. En su libro autobiográfico resumía así su vida en el exótico continente: "Desde mi llegada al África Oriental Británica (Kenia) a la edad indiferente de cuatro años, donde pasé mi juventud cazando cerdos salvajes descalza con los nandi, luego amaestrando caballos de carreras para ganarme la vida y poco después sobrevolando Tanganika y las tierras de breña áridas, entre los ríos Tana y Athi en busca de elefantes, me he sentido tan felizmente provinciana que era incapaz de hablar con inteligencia sobre el aburrimiento de la vida hasta que fui a vivir un año a Londres".
De Beryl se decía que podía usar la lanza como un guerrero masai, montar como un jinete irlandés, volar como Charles Lindberg, seducir como una hurí y escribir mejor que Hemingway. Era una mujer elegante y esbelta, de rubia melena y facciones angulosas. Su vida privada era motivo de continuos rumores entre los colonos británicos, aunque a ella su fama de devoradora de hombres le importaba bien poco. Se casó en tres ocasiones, pero nunca dejó de vivir apasionados romances, incluido uno con el duque de Gloucester, hermano del príncipe de Gales, a quien conoció en la primera visita de ambos a Kenia.
Cuando en 1936 la Dama de los Cielos, como la llamaban sus admiradores, aceptó en una cena el reto de atravesar volando en solitario el Atlántico Norte de este a oeste, sus amigos creyeron que había perdido la razón. Aunque no consiguió llegar a Nueva York y realizó un aterrizaje forzoso en Nueva Escocia, fue recibida en la ciudad de los rascacielos como un auténtica heroína.
Había volado en la estrecha cabina de su Vega Gull veintidós horas seguidas, más de la mitad de noche, y sobre el océano. Tras esta experiencia no volvió a volar, pero unos años después publicó el libro Al oeste con la noche, donde narraba su experiencia y su infancia entre los nativos nandi. El libro, publicado en 1942, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. A Ernest Hemingway le pareció, junto a "Lejos de África", de Karen Blixen, uno de los relatos más poéticos y evocadores escritos sobre el continente.
En realidad, las dos autoras coincidieron en la Kenia de aquellos locos años veinte de juergas, cacerías y safaris regados con champán, aunque eran bien distintas. Beryl se sentía como una "masai blanca" y conocía en su propia piel la dura y solitaria vida de pionera en tierras africanas, mientras que Karen Blixen era una aristócrata terrateniente con un idea muy romántica del continente negro. Vivía en una hermosa mansión de las Tierras Altas de Kenia rodeada de sirvientes y con todo el confort de los de su clase. Se enamoró de la grandeza de sus paisajes, pero también supo ver la dignidad y el valor de los nativos. Las dos eran mujeres extraordinarias y atípicas de la sociedad colonial británica con algo en común: su amor a África y al mismo hombre:.
A partir de aqui, Nairobi en De Havilland 60 G
La dama de los cielos
«Tu planeta es el avión y tú eres su único habitante»
En aquella Kenia colonial de aristócratas aventureros, solitarios cazadores blancos y rudos granjeros, mujeres como Beryl Markham no podían pasar inadvertidas. Esta audaz inglesa fue la primera piloto profesional de África. En su libro autobiográfico resumía así su vida en el exótico continente: "Desde mi llegada al África Oriental Británica (Kenia) a la edad indiferente de cuatro años, donde pasé mi juventud cazando cerdos salvajes descalza con los nandi, luego amaestrando caballos de carreras para ganarme la vida y poco después sobrevolando Tanganika y las tierras de breña áridas, entre los ríos Tana y Athi en busca de elefantes, me he sentido tan felizmente provinciana que era incapaz de hablar con inteligencia sobre el aburrimiento de la vida hasta que fui a vivir un año a Londres".
De Beryl se decía que podía usar la lanza como un guerrero masai, montar como un jinete irlandés, volar como Charles Lindberg, seducir como una hurí y escribir mejor que Hemingway. Era una mujer elegante y esbelta, de rubia melena y facciones angulosas. Su vida privada era motivo de continuos rumores entre los colonos británicos, aunque a ella su fama de devoradora de hombres le importaba bien poco. Se casó en tres ocasiones, pero nunca dejó de vivir apasionados romances, incluido uno con el duque de Gloucester, hermano del príncipe de Gales, a quien conoció en la primera visita de ambos a Kenia.
Cuando en 1936 la Dama de los Cielos, como la llamaban sus admiradores, aceptó en una cena el reto de atravesar volando en solitario el Atlántico Norte de este a oeste, sus amigos creyeron que había perdido la razón. Aunque no consiguió llegar a Nueva York y realizó un aterrizaje forzoso en Nueva Escocia, fue recibida en la ciudad de los rascacielos como un auténtica heroína.
Había volado en la estrecha cabina de su Vega Gull veintidós horas seguidas, más de la mitad de noche, y sobre el océano. Tras esta experiencia no volvió a volar, pero unos años después publicó el libro Al oeste con la noche, donde narraba su experiencia y su infancia entre los nativos nandi. El libro, publicado en 1942, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. A Ernest Hemingway le pareció, junto a "Lejos de África", de Karen Blixen, uno de los relatos más poéticos y evocadores escritos sobre el continente.
En realidad, las dos autoras coincidieron en la Kenia de aquellos locos años veinte de juergas, cacerías y safaris regados con champán, aunque eran bien distintas. Beryl se sentía como una "masai blanca" y conocía en su propia piel la dura y solitaria vida de pionera en tierras africanas, mientras que Karen Blixen era una aristócrata terrateniente con un idea muy romántica del continente negro. Vivía en una hermosa mansión de las Tierras Altas de Kenia rodeada de sirvientes y con todo el confort de los de su clase. Se enamoró de la grandeza de sus paisajes, pero también supo ver la dignidad y el valor de los nativos. Las dos eran mujeres extraordinarias y atípicas de la sociedad colonial británica con algo en común: su amor a África y al mismo hombre:.
A partir de aqui, Nairobi en De Havilland 60 G
La dama de los cielos
«Tu planeta es el avión y tú eres su único habitante»
En aquella Kenia colonial de aristócratas aventureros, solitarios cazadores blancos y rudos granjeros, mujeres como Beryl Markham no podían pasar inadvertidas. Esta audaz inglesa fue la primera piloto profesional de África. En su libro autobiográfico resumía así su vida en el exótico continente: "Desde mi llegada al África Oriental Británica (Kenia) a la edad indiferente de cuatro años, donde pasé mi juventud cazando cerdos salvajes descalza con los nandi, luego amaestrando caballos de carreras para ganarme la vida y poco después sobrevolando Tanganika y las tierras de breña áridas, entre los ríos Tana y Athi en busca de elefantes, me he sentido tan felizmente provinciana que era incapaz de hablar con inteligencia sobre el aburrimiento de la vida hasta que fui a vivir un año a Londres".
De Beryl se decía que podía usar la lanza como un guerrero masai, montar como un jinete irlandés, volar como Charles Lindberg, seducir como una hurí y escribir mejor que Hemingway. Era una mujer elegante y esbelta, de rubia melena y facciones angulosas. Su vida privada era motivo de continuos rumores entre los colonos británicos, aunque a ella su fama de devoradora de hombres le importaba bien poco. Se casó en tres ocasiones, pero nunca dejó de vivir apasionados romances, incluido uno con el duque de Gloucester, hermano del príncipe de Gales, a quien conoció en la primera visita de ambos a Kenia.
Cuando en 1936 la Dama de los Cielos, como la llamaban sus admiradores, aceptó en una cena el reto de atravesar volando en solitario el Atlántico Norte de este a oeste, sus amigos creyeron que había perdido la razón. Aunque no consiguió llegar a Nueva York y realizó un aterrizaje forzoso en Nueva Escocia, fue recibida en la ciudad de los rascacielos como un auténtica heroína.
Había volado en la estrecha cabina de su Vega Gull veintidós horas seguidas, más de la mitad de noche, y sobre el océano. Tras esta experiencia no volvió a volar, pero unos años después publicó el libro Al oeste con la noche, donde narraba su experiencia y su infancia entre los nativos nandi. El libro, publicado en 1942, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. A Ernest Hemingway le pareció, junto a "Lejos de África", de Karen Blixen, uno de los relatos más poéticos y evocadores escritos sobre el continente.
En realidad, las dos autoras coincidieron en la Kenia de aquellos locos años veinte de juergas, cacerías y safaris regados con champán, aunque eran bien distintas. Beryl se sentía como una "masai blanca" y conocía en su propia piel la dura y solitaria vida de pionera en tierras africanas, mientras que Karen Blixen era una aristócrata terrateniente con un idea muy romántica del continente negro. Vivía en una hermosa mansión de las Tierras Altas de Kenia rodeada de sirvientes y con todo el confort de los de su clase. Se enamoró de la grandeza de sus paisajes, pero también supo ver la dignidad y el valor de los nativos. Las dos eran mujeres extraordinarias y atípicas de la sociedad colonial británica con algo en común: su amor a África y al mismo hombre:.
A partir de aqui, Nairobi en De Havilland 60 G
La dama de los cielos
«Tu planeta es el avión y tú eres su único habitante»
En aquella Kenia colonial de aristócratas aventureros, solitarios cazadores blancos y rudos granjeros, mujeres como Beryl Markham no podían pasar inadvertidas. Esta audaz inglesa fue la primera piloto profesional de África. En su libro autobiográfico resumía así su vida en el exótico continente: "Desde mi llegada al África Oriental Británica (Kenia) a la edad indiferente de cuatro años, donde pasé mi juventud cazando cerdos salvajes descalza con los nandi, luego amaestrando caballos de carreras para ganarme la vida y poco después sobrevolando Tanganika y las tierras de breña áridas, entre los ríos Tana y Athi en busca de elefantes, me he sentido tan felizmente provinciana que era incapaz de hablar con inteligencia sobre el aburrimiento de la vida hasta que fui a vivir un año a Londres".
De Beryl se decía que podía usar la lanza como un guerrero masai, montar como un jinete irlandés, volar como Charles Lindberg, seducir como una hurí y escribir mejor que Hemingway. Era una mujer elegante y esbelta, de rubia melena y facciones angulosas. Su vida privada era motivo de continuos rumores entre los colonos británicos, aunque a ella su fama de devoradora de hombres le importaba bien poco. Se casó en tres ocasiones, pero nunca dejó de vivir apasionados romances, incluido uno con el duque de Gloucester, hermano del príncipe de Gales, a quien conoció en la primera visita de ambos a Kenia.
Cuando en 1936 la Dama de los Cielos, como la llamaban sus admiradores, aceptó en una cena el reto de atravesar volando en solitario el Atlántico Norte de este a oeste, sus amigos creyeron que había perdido la razón. Aunque no consiguió llegar a Nueva York y realizó un aterrizaje forzoso en Nueva Escocia, fue recibida en la ciudad de los rascacielos como un auténtica heroína.
Había volado en la estrecha cabina de su Vega Gull veintidós horas seguidas, más de la mitad de noche, y sobre el océano. Tras esta experiencia no volvió a volar, pero unos años después publicó el libro Al oeste con la noche, donde narraba su experiencia y su infancia entre los nativos nandi. El libro, publicado en 1942, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. A Ernest Hemingway le pareció, junto a "Lejos de África", de Karen Blixen, uno de los relatos más poéticos y evocadores escritos sobre el continente.
En realidad, las dos autoras coincidieron en la Kenia de aquellos locos años veinte de juergas, cacerías y safaris regados con champán, aunque eran bien distintas. Beryl se sentía como una "masai blanca" y conocía en su propia piel la dura y solitaria vida de pionera en tierras africanas, mientras que Karen Blixen era una aristócrata terrateniente con un idea muy romántica del continente negro. Vivía en una hermosa mansión de las Tierras Altas de Kenia rodeada de sirvientes y con todo el confort de los de su clase. Se enamoró de la grandeza de sus paisajes, pero también supo ver la dignidad y el valor de los nativos. Las dos eran mujeres extraordinarias y atípicas de la sociedad colonial británica con algo en común: su amor a África y al mismo hombre:.
Si os parece bien :https://www.youtube.com/watch?v=eWZ2adCaKo4
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Los aviones.
http://uloz.to/xkGVmsu2/de-havilland-60-g-alz-rar
http://uloz.to/xp279yrC/de-havilland-60-g-rar
La dama de los cielos
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En aquella Kenia colonial de aristócratas aventureros, solitarios cazadores blancos y rudos granjeros, mujeres como Beryl Markham no podían pasar inadvertidas. Esta audaz inglesa fue la primera piloto profesional de África. En su libro autobiográfico resumía así su vida en el exótico continente: "Desde mi llegada al África Oriental Británica (Kenia) a la edad indiferente de cuatro años, donde pasé mi juventud cazando cerdos salvajes descalza con los nandi, luego amaestrando caballos de carreras para ganarme la vida y poco después sobrevolando Tanganika y las tierras de breña áridas, entre los ríos Tana y Athi en busca de elefantes, me he sentido tan felizmente provinciana que era incapaz de hablar con inteligencia sobre el aburrimiento de la vida hasta que fui a vivir un año a Londres".
De Beryl se decía que podía usar la lanza como un guerrero masai, montar como un jinete irlandés, volar como Charles Lindberg, seducir como una hurí y escribir mejor que Hemingway. Era una mujer elegante y esbelta, de rubia melena y facciones angulosas. Su vida privada era motivo de continuos rumores entre los colonos británicos, aunque a ella su fama de devoradora de hombres le importaba bien poco. Se casó en tres ocasiones, pero nunca dejó de vivir apasionados romances, incluido uno con el duque de Gloucester, hermano del príncipe de Gales, a quien conoció en la primera visita de ambos a Kenia.
Cuando en 1936 la Dama de los Cielos, como la llamaban sus admiradores, aceptó en una cena el reto de atravesar volando en solitario el Atlántico Norte de este a oeste, sus amigos creyeron que había perdido la razón. Aunque no consiguió llegar a Nueva York y realizó un aterrizaje forzoso en Nueva Escocia, fue recibida en la ciudad de los rascacielos como un auténtica heroína.
Había volado en la estrecha cabina de su Vega Gull veintidós horas seguidas, más de la mitad de noche, y sobre el océano. Tras esta experiencia no volvió a volar, pero unos años después publicó el libro Al oeste con la noche, donde narraba su experiencia y su infancia entre los nativos nandi. El libro, publicado en 1942, se convirtió en un auténtico éxito de ventas. A Ernest Hemingway le pareció, junto a "Lejos de África", de Karen Blixen, uno de los relatos más poéticos y evocadores escritos sobre el continente.
En realidad, las dos autoras coincidieron en la Kenia de aquellos locos años veinte de juergas, cacerías y safaris regados con champán, aunque eran bien distintas. Beryl se sentía como una "masai blanca" y conocía en su propia piel la dura y solitaria vida de pionera en tierras africanas, mientras que Karen Blixen era una aristócrata terrateniente con un idea muy romántica del continente negro. Vivía en una hermosa mansión de las Tierras Altas de Kenia rodeada de sirvientes y con todo el confort de los de su clase. Se enamoró de la grandeza de sus paisajes, pero también supo ver la dignidad y el valor de los nativos. Las dos eran mujeres extraordinarias y atípicas de la sociedad colonial británica con algo en común: su amor a África y al mismo hombre:.
VUELO EXCLUSIVO PARA MONOMOTORES DE PISTÓN
Historia: Italia, oficialmente la República Italiana, es un país bicontinental; su territorio está en Europa del Sur y en el norte de África; su territorio europeo lo conforma la península itálica, el valle del Po y dos grandes islas en el mar Mediterráneo: Sicilia y Cerdeña; en África se encuentran las islas Pelagias y la isla de Pantelaria. En el norte está bordeado por los Alpes, donde limita con Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. Los estados independientes de San Marino y Ciudad del Vaticano son enclaves dentro del territorio italiano. A su vez Campione d'Italia es un municipio italiano que forma un pequeño enclave en territorio suizo.
Ha sido el hogar de muchas culturas europeas como la civilización de Nuraga, los etruscos, los griegos y los romanos y también fue la cuna del Humanismo y del Renacimiento, que comenzó en la región de Toscana y pronto se extendió por toda Europa. La capital de Italia, Roma, ha sido durante siglos el centro político y cultural de la civilización occidental, y también es la ciudad santa para la Iglesia católica, pues dentro de la ciudad se encuentra el microestado del Vaticano. El significado cultural del país se refleja en todos sus Patrimonios de la Humanidad, ya que tiene 49, el país con mayor número del mundo.
Es el tercer país de la Unión Europea que más turistas recibe por año, siendo Roma la tercera ciudad más visitada. Otras ciudades importantes son Milán, centro de finanzas y de industria, y la capital de la Moda, Turín, centro de industria automovilística y de diseño industrial. Italia es una república democrática, forma parte del G8 o grupo de las ocho naciones más industrializadas del mundo y es un país desarrollado con una calidad de vida alta, encontrándose en 2005 entre las ocho primeras del mundo.
Vuelo: Bordeando la costa recorriendo el "puente de la suela de la bota" con el monomotor de pistón, llegaremos a nuestro destino, en la costa italiana.
La costa del golfo de Tarento en Apulia, un arco de 140 Km, es un abanico de naturalezas diferentes y bonitas: zonas ásperas y salvajes, rocas precipitándose hacia el mar, larguísimas playas de arena muy fina que se funden con el azul intenso del mar y el verde de la vegetación mediterránea, con tramos completamente aislados y otros vivificados por bonitas poblaciones marinas.
Suaves dulces, valles amplios y zonas rocosas componen el paisaje tierra adentro, interrumpido por características aldeas, por antiguas y aisladas fincas y por grutas naturales con los signos de antiguos asentamientos rupestres.
En muchas zonas pueden verse los famosos trulli, construcciones cónicas típicas de Apulia. Muchas fincas han sido reestructuradas y, hoy en día, alojan importantes empresas agrícolas y vinícolas, testimonio de la antigua tradición apuliana en la producción de excelentes productos, como el aceite y el vino.
Una tierra con muchas facetas, un mosaico de ambientes naturales diferentes pero vinculados armoniosamente entre ellos, puerto de llegada de culturas diferentes que en los siglos han dejado huellas importantes de su paso: iglesias, castillos, palacios, restos de antiguas civilizaciones que componen el rico patrimonio cultural de Tarento y de su territorio.
Una historia que también se percibe en el folclore que anima los muchos festejos, populares y religiosos, que se celebran durante todos los meses del año, muchos dedicados a los antiguos oficios que hoy todavía se ejercen en pequeños talleres artesanos. Los itinerarios que se pueden recorrer para visitar este rincón de Apulia son muchos y todos con un denominador común: la rica y sabrosa cocina local, preparada todavía según la antigua tradición, basada en ingredientes de primera calidad y sobre todo en la pasión que los tarantinenses ponen en la preparación de sus especialidades.
VUELO EXCLUSIVO PARA MONOMOTORES DE PISTÓN
Historia: Italia, oficialmente la República Italiana, es un país bicontinental; su territorio está en Europa del Sur y en el norte de África; su territorio europeo lo conforma la península itálica, el valle del Po y dos grandes islas en el mar Mediterráneo: Sicilia y Cerdeña; en África se encuentran las islas Pelagias y la isla de Pantelaria. En el norte está bordeado por los Alpes, donde limita con Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. Los estados independientes de San Marino y Ciudad del Vaticano son enclaves dentro del territorio italiano. A su vez Campione d'Italia es un municipio italiano que forma un pequeño enclave en territorio suizo.
Ha sido el hogar de muchas culturas europeas como la civilización de Nuraga, los etruscos, los griegos y los romanos y también fue la cuna del Humanismo y del Renacimiento, que comenzó en la región de Toscana y pronto se extendió por toda Europa. La capital de Italia, Roma, ha sido durante siglos el centro político y cultural de la civilización occidental, y también es la ciudad santa para la Iglesia católica, pues dentro de la ciudad se encuentra el microestado del Vaticano. El significado cultural del país se refleja en todos sus Patrimonios de la Humanidad, ya que tiene 49, el país con mayor número del mundo.
Es el tercer país de la Unión Europea que más turistas recibe por año, siendo Roma la tercera ciudad más visitada. Otras ciudades importantes son Milán, centro de finanzas y de industria, y la capital de la Moda, Turín, centro de industria automovilística y de diseño industrial. Italia es una república democrática, forma parte del G8 o grupo de las ocho naciones más industrializadas del mundo y es un país desarrollado con una calidad de vida alta, encontrándose en 2005 entre las ocho primeras del mundo.
Vuelo: Bordeando la costa en el sentido contrario a las agujas del reloj con nuestro monomotor de pistón, llegaremos más tarde o más temprano a nuestro destino, en la costa italiana.
Es la punta de la bota, el extremo sur de Italia, bañada por las espléndidas aguas del Mar Jónico y el Mar Tirreno y separada de la isla de Sicilia por el estrecho de Mesina. Su clima acogedor, los magníficos colores de sus playas, las costas rocosas que se alternan con litorales arenosos, la naturaleza salvaje y misteriosa, los sabores intensos y auténticos de la cocina local, las huellas de sus orígenes antiguos, hacen de esta región un lugar único para admirar tanto en invierno como en verano.
Podrán cumplirse cada uno de los deseos. Los amantes de la naturaleza y de sus olores y misterios, podrán aventurarse en el interior de esta región, descubriendo un paisaje puro e incontaminado donde inmensas praderas verdes se ven interrumpidas por el azul de los lagos y las cascadas.
Quienes en cambio desean disfrutar de los calurosos rayos del sol sumergiéndose en un mar cristalino, podrán elegir entre las muchas y encantadoras localidades que salpican las extensas costas tirrenas y jónicas.
Y para los que prefieren conocer el pasado de esta tierra, Calabria, cuna de la Magna Grecia y tierra de antiguos asentamientos, ofrece una amplia selección de iglesias, monasterios, castillos, palacios y lugares en los que aún perduran tradiciones centenarias.
Las provincias son: Catanzaro (capital), Reggio Calabria, Cosenza, Crotone y Vibo Valentia.
VUELO EXCLUSIVO PARA MONOMOTORES DE PISTÓN
Historia: Italia, oficialmente la República Italiana, es un país bicontinental; su territorio está en Europa del Sur y en el norte de África; su territorio europeo lo conforma la península itálica, el valle del Po y dos grandes islas en el mar Mediterráneo: Sicilia y Cerdeña; en África se encuentran las islas Pelagias y la isla de Pantelaria. En el norte está bordeado por los Alpes, donde limita con Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. Los estados independientes de San Marino y Ciudad del Vaticano son enclaves dentro del territorio italiano. A su vez Campione d'Italia es un municipio italiano que forma un pequeño enclave en territorio suizo.
Ha sido el hogar de muchas culturas europeas como la civilización de Nuraga, los etruscos, los griegos y los romanos y también fue la cuna del Humanismo y del Renacimiento, que comenzó en la región de Toscana y pronto se extendió por toda Europa. La capital de Italia, Roma, ha sido durante siglos el centro político y cultural de la civilización occidental, y también es la ciudad santa para la Iglesia católica, pues dentro de la ciudad se encuentra el microestado del Vaticano. El significado cultural del país se refleja en todos sus Patrimonios de la Humanidad, ya que tiene 49, el país con mayor número del mundo.
Es el tercer país de la Unión Europea que más turistas recibe por año, siendo Roma la tercera ciudad más visitada. Otras ciudades importantes son Milán, centro de finanzas y de industria, y la capital de la Moda, Turín, centro de industria automovilística y de diseño industrial. Italia es una república democrática, forma parte del G8 o grupo de las ocho naciones más industrializadas del mundo y es un país desarrollado con una calidad de vida alta, encontrándose en 2005 entre las ocho primeras del mundo.
Vuelo: Bordeando la costa en el sentido contrario a las agujas del reloj con nuestro monomotor de pistón, llegaremos más tarde o más temprano a nuestro destino, en la isla de Sicilia.
El Etna que domina Catania desde lo alto, dibuja el perfil del paisaje, le ofrece su tierra para recoger los frutos, le recuerda su potencia incesante: hay un vínculo indisoluble entre el Etna y Catania, gema de la Sicilia oriental.
El litoral, cuya belleza no tiene nada que envidiar a las otras “señoras” de la costa, da a las aguas del Mar Jónico, la otra frontera natural de la provincia. Extendida en una cuna verde, se encuentra la preciosa Catania, una ciudad que acoge con sus grandes plazas y anchas calles, con sus arquitecturas en piedra de lava que recuerdan un pasado de destrucción y reconstrucción, con matices oscuros que parecen luchar con la luz intensa del sol que irradia esta tierra. Un patrimonio histórico-artístico que, unido a sus acogedoras gentes, hace esta ciudad especial para sus visitantes. Huellas de una historia que respiró las influencias de muchas dominaciones, las mismas que podemos leer a través de las líneas arquitectónicas de los palacios, iglesias y monumentos. La magnificencia de una historia que se funde con la belleza de una naturaleza que ha demostrado generosidad y benevolencia, pero también aspereza y severidad. El Etna, patrimonio Unesco desde 2013, es su emblema.
Alto, majestuoso, silencioso, con la cima cortada por la gran boca de fuego, domina el paisaje entero con su fuerza. Jardines de cítricos y anchos viñedos interrumpen con sus alegres colores el gris de la tierra de lava, oscura pero fértil. Llegados a la cima nos quedamos hechizados por la extraordinaria vista que llega hasta donde alcanza nuestra mirada.
La tonalidad de azules y sus matices cobalto y turquesa impregnan el mar de Catania, la otra fuerza de esta tierra.
Playas de guijarros, pequeñas bahías alternadas con zonas oscuras de rocas de la erupción, costas empinadas sobre el mar, farallones majestuosos, largas costas doradas: un paisaje que regala sensaciones diferentes.
Pero a cualquier sitio que se elija ir, una sensación quedará inalterada: la que suscita la belleza límpida del mar.